En
esta noche callada,
sin
luceros,
mis
suspiros ya casi dormidos
surcan
los cielos
buscando
versos
que
puedan contestar
otros
magistrales versos.
Ellos,
mis suspiros
vuelan
prestos
no
quieren que me duerma
sin
que sienta
su
beso,
en
sus odas,
en
sus sonetos.
Aquí
entre mis sueños
he
podido sentir
su
calor
besando
mi cuerpo
siento
mis manos frías
y
mariposas en mi centro.
La
palabra se quedó
flotando
en su esencia,
se
hizo verbo
con
su traje de gala
visitando
así
mi
aposento.
Es
tal mi asombro
cuando
miro
por
mi ventanal
miles
de luciérnagas
alumbrando
con su aura
mi
triste penar.
12/03/2005
copyright©
Soledad
idalia
robles
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